La empresa experimenta falta de control financiero, lo que genera errores en la información financiera, problemas de flujo de efectivo y decisiones basadas en datos incorrectos. La falta de precisión en los registros contables puede llevar a incumplimientos fiscales, multas o sanciones por parte de autoridades regulatorias. Además, la empresa puede tener dificultades para realizar presupuestos precisos, controlar costos y evaluar el rendimiento financiero. A largo plazo, una contabilidad deficiente afecta la credibilidad de la empresa con inversores, proveedores y entidades bancarias.