La empresa enfrenta problemas como la redacción ambigua o deficiente de los términos contractuales, lo que genera confusión y posibles disputas entre las partes involucradas. La falta de cláusulas claras de cumplimiento, penalidades o resolución de conflictos puede dar lugar a incumplimientos sin consecuencias, lo que afecta la capacidad de la empresa para hacer valer sus derechos. Además, una gestión inadecuada de los contratos puede resultar en vencimientos no controlados, renovaciones automáticas no deseadas, o términos desfavorables que impactan negativamente las finanzas de la empresa. Esto también expone a la organización a riesgos legales y financieros debido a la falta de protección en contratos clave, lo que puede derivar en litigios costosos y pérdida de oportunidades comerciales. La falta de seguimiento y almacenamiento adecuado de los contratos también complica la capacidad de gestionar las relaciones con socios, proveedores y clientes de manera efectiva.