La empresa padece problemas como la falta de sincronización entre los envíos entrantes y salientes, lo que provoca retrasos en la distribución y acumulación de mercancías en el centro de cross docking. Esto genera ineficiencias en el manejo de productos, lo que afecta los tiempos de entrega y, por ende, la satisfacción del cliente. Si los procesos no están bien coordinados, se pueden producir errores en la clasificación o destino de los productos, lo que incrementa los costos operativos debido a la necesidad de reenvíos o correcciones. Además, la falta de una adecuada infraestructura tecnológica y logística para gestionar el cross docking puede llevar a una falta de visibilidad en tiempo real de las mercancías, dificultando la toma de decisiones rápidas y precisas. Esto afecta la eficiencia operativa y puede generar costos adicionales por la necesidad de almacenamiento temporal o por la pérdida de productos debido a su incorrecta manipulación. A largo plazo, la empresa experimenta una disminución en la productividad y en la optimización de su cadena de suministro.