La empresa padece problemas como la falta de transparencia y trazabilidad en los procesos de compras, lo que puede llevar a errores en la adquisición de productos, precios incorrectos o falta de alineación con los contratos establecidos. La falta de integración y automatización en el sistema de compras electrónicas también puede provocar duplicación de órdenes, demoras en la aprobación de pedidos, y dificultades para hacer un seguimiento de las entregas y el inventario. Además, puede aumentar el riesgo de fraude o de compras no autorizadas. Esto resulta en una pérdida de control sobre los gastos, sobrecostos en las adquisiciones, y una menor eficiencia operativa, lo que impacta negativamente la rentabilidad y la capacidad de la empresa para gestionar eficientemente sus relaciones con proveedores.