Surgen problemas como la insatisfacción generalizada de los empleados, altos niveles de rotación de personal, baja productividad y altos niveles de ausentismo. Los empleados se sienten poco escuchados y valorados, lo que afecta su motivación y compromiso. Además, la falta de datos sobre el ambiente laboral impide tomar decisiones informadas para mejorar la satisfacción del personal. Esto puede llevar a un deterioro de la cultura organizacional y a la pérdida de talento clave.