La empresa sufre problemas como una exposición elevada a riesgos financieros, operativos y de cumplimiento. Esto puede manifestarse en la falta de planes de contingencia frente a interrupciones en la cadena de suministro, fluctuaciones de precios o quiebra de proveedores clave. La ausencia de un análisis de riesgos adecuado puede llevar a decisiones de compra basadas únicamente en el costo, sin considerar factores como la estabilidad financiera de los proveedores o la fiabilidad de las entregas. Además, la empresa puede estar expuesta a sanciones regulatorias por no cumplir con normativas o estándares de calidad. Todo esto genera costos imprevistos, retrasos en la producción, incumplimiento con los clientes, y un impacto negativo en la reputación y la rentabilidad del negocio.