Se observa una cultura organizacional poco inclusiva, lo que puede generar un ambiente de trabajo hostil o poco acogedor para ciertos grupos de empleados. Esto puede derivar en una alta rotación de personal, baja moral, falta de innovación y creatividad debido a la homogeneidad en las ideas. Además, la empresa puede enfrentarse a problemas de reputación y posibles conflictos legales por discriminación o falta de equidad. La falta de diversidad afecta negativamente la capacidad de la empresa para atraer y retener talento diverso y acceder a mercados más amplios.