La empresa tiene problemas como exceso o escasez de inventario, lo que genera costos adicionales por almacenamiento innecesario o pérdidas de ventas por falta de stock. La falta de control en esta área puede resultar en productos obsoletos que pierden valor, aumentando el desperdicio. También se presentan dificultades para planificar la producción o el abastecimiento debido a la falta de visibilidad y precisión en los niveles de inventario. Esto puede derivar en errores de pedido y desorganización en los almacenes, incrementando los tiempos de respuesta y afectando la satisfacción del cliente. La empresa también experimenta ineficiencias operativas, ya que la falta de inventarios óptimos afecta la capacidad de la cadena de suministro para adaptarse a cambios en la demanda, lo que a largo plazo impacta la rentabilidad y competitividad del negocio.