Un ejemplo claro del éxito en la implementación de infraestructura tecnológica es el caso de Netflix. En sus primeros años, Netflix operaba su infraestructura tecnológica principalmente a través de centros de datos propios. Sin embargo, a medida que la demanda de streaming de video aumentaba de manera exponencial, la compañía se dio cuenta de que necesitaba una solución más flexible y escalable para soportar el crecimiento continuo.
En 2010, Netflix tomó la decisión estratégica de migrar toda su infraestructura tecnológica a la nube, utilizando los servicios de Amazon Web Services (AWS). Esta transición fue una de las más grandes y exitosas migraciones a la nube en la historia de la tecnología. Al hacer esta implementación, Netflix logró no solo manejar grandes volúmenes de datos de manera eficiente, sino también escalar su infraestructura para satisfacer la creciente demanda de contenido en diferentes regiones y dispositivos sin interrupciones del servicio.
El impacto de esta decisión fue inmenso: Netflix pudo ofrecer un servicio de streaming más rápido, eficiente y con menor tiempo de inactividad, lo que mejoró la experiencia del usuario y contribuyó a su posicionamiento como líder mundial en entretenimiento por streaming. La decisión de migrar a una infraestructura tecnológica basada en la nube les permitió crecer de manera exponencial sin las limitaciones de una infraestructura tradicional.