La empresa tiene problemas como la desconexión con las necesidades sociales y la falta de impacto positivo en la comunidad, lo que puede afectar su reputación y la percepción de la marca como responsable y comprometida. Esto genera una pérdida de oportunidades para construir relaciones con los consumidores que valoran la responsabilidad social corporativa. La falta de enfoque en la innovación social también impide que la empresa aproveche oportunidades de colaboración con organizaciones sin fines de lucro, gobiernos o instituciones académicas para desarrollar soluciones que resuelvan problemas sociales urgentes. A largo plazo, esta ausencia de innovación social puede resultar en una menor aceptación por parte de los clientes, dificultades para atraer talento con valores similares y la exclusión de programas o incentivos diseñados para empresas que priorizan el impacto social.