Se generan problemas como gestión ineficiente de devoluciones, lo que puede llevar a la acumulación de productos defectuosos o no deseados, aumentando los costos de almacenamiento y manipulación. Además, los tiempos para procesar devoluciones o cambios se prolongan, afectando la satisfacción del cliente. La falta de un sistema adecuado para manejar productos retornados puede resultar en pérdida de valor de los productos, ya sea por deterioro o por no reintegrarlos al inventario a tiempo. También pueden surgir dificultades para reciclar o desechar productos de manera adecuada, lo que incrementa los costos operativos y afecta la sostenibilidad de la operación. A largo plazo, una logística inversa deficiente genera ineficiencias operativas, pérdida de ingresos y afectaciones a la reputación de la marca.
