La empresa experimenta bajos niveles de visibilidad y reconocimiento de marca. Las campañas promocionales no logran captar la atención del público objetivo o no comunican correctamente el valor del producto/servicio. Esto genera una baja participación de clientes potenciales y, como resultado, afecta negativamente las ventas. Además, es posible que las promociones no se alineen con las estrategias de ventas, lo que lleva a la pérdida de oportunidades y a una oferta que no atrae suficientemente al mercado. A menudo, la falta de una estrategia promocional efectiva provoca que la competencia gane cuota de mercado.