La empresa enfrenta problemas como la pérdida de control sobre sus activos intangibles, lo que puede resultar en el uso no autorizado de marcas, patentes, derechos de autor o secretos comerciales. Esto puede llevar a una disminución del valor de la empresa, ya que los competidores o terceros pueden aprovecharse de innovaciones o productos sin compensación. La falta de protección adecuada también puede generar litigios costosos para defender los derechos de propiedad intelectual, o bien la empresa puede verse en la posición de infringir sin saberlo los derechos de terceros, lo que puede dar lugar a demandas. Además, una gestión ineficiente de la propiedad intelectual puede dificultar la capacidad de la empresa para monetizar sus activos, limitando la generación de ingresos por licencias, alianzas estratégicas o expansión a nuevos mercados. La falta de registro o vigilancia de estos derechos afecta negativamente la competitividad y la innovación de la empresa a largo plazo.