La empresa enfrenta dificultades para identificar y atraer nuevos clientes potenciales. La fuerza de ventas se enfoca en contactos inadecuados o no calificados, lo que resulta en un ciclo de ventas ineficiente y pérdidas de tiempo. Esto lleva a una baja tasa de conversión y a un embudo de ventas insuficiente, lo que afecta directamente los ingresos. Sin una buena prospección, la empresa depende excesivamente de los clientes actuales y no genera nuevos negocios, lo que estanca su crecimiento a largo plazo.