La empresa enfrenta problemas de alta rotación de personal, contrataciones inadecuadas, y falta de talento cualificado para cubrir puestos clave. Esto afecta la productividad general, ya que se emplea tiempo y recursos en la capacitación continua de nuevos empleados que no se ajustan a las necesidades del negocio. Además, la reputación de la empresa como empleador puede verse afectada, lo que dificulta la atracción de candidatos calificados. Una mala planificación en esta área también conduce a demoras en los procesos de contratación, afectando la operatividad de la empresa.